Silvia C. Carpallo .
Se conoce como exhibicionismo ese acto en el que el individuo tiende a exponerse excesivamente en público, y más allá de las normas establecidas. Pese a ello, tendemos a reconocer como exhibicionista a aquel que nos oculta algo tras su gabardina.
En cierta medida, a mucha gente le gusta exhibir su cuerpo en público, sobre todo aprovechando el verano, y pueden llegar a sentirse excitados con ello. Noelia, de 24 años, dice que «usamos el cuerpo porque es una forma de seducción a primera vista, perceptible por los sentidos, jugamos con ello pero no sólo para sentirnos deseadas, sino para gustarnos a nosotras mismas».
Pero sentirse bien exhibiéndose, excitando a los demás, no es cuestión de sexos ni de edad. Así, Marcos, de 30 años de edad, cuenta que «me sube la autoestima saber que esa persona se siente atraída por mi cuerpo, me siento poderoso, y el poder me excita muchísimo». Ana, a sus 50 años, explica que «una vez te acostumbras a hacer top less o nudismo, lo ves natural, pero es cierto que la primera vez resulta una experiencia excitante».
Patológico
Desde un punto de vista psicopatológico, el perfil habitual del exhibicionista, según explica Juan Jose Arechederra, psiquiatra miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), es el de «un varón, generalmente joven o de mediana edad, que exhibe sus propios genitales a extraños», pero cuyo acto «prácticamente nunca se suele acompañar del deseo de mantener relaciones sexuales con el espectador». Para que se denomine como patología, debe suponer un problema para el desarrollo de la vida normal del individuo, que incluso a veces se ve sometido a procesos judiciales. Esto es así porque, aunque la agresión no entra dentro de los parámetros de esta patología, el asalto sí forma parte de su actuación habitual, ya que «el elemento sorpresa forma parte del núcleo del exhibicionismo», explica el psiquiatra.
Como en la mayoría de las denominadas parafilias, el perfil del exhibicionista es casi por norma masculino. Pero socialmente estamos más acostumbrados a ver exhibirse a la llamada «mujer objeto», un hecho más socio-cultural que patológico, en el que se usa el cuerpo como objeto de deseo sexual delante de un público. Esta cuestión no está tan ligada a la propia persona como al entorno social. Así lo explica el profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Luis García Tojar, «la mujer ha estado sometida al hombre desde que el mundo es mundo, y para lograr reconocimiento social muchas mujeres han tenido y tienen que recurrir a su atractivo sexual».
Leer más: El nuevo exhibicionismo http://www.larazon.es/historico/8734-el-nuevo-exhibicionismo-HLla_razon_314218?sky=Sky-Agosto-2017#Ttt1OGA6gWHr9S9E