Clítoris impresos en 3D

Cada vez aparece más información sobre el clítoris. Ese órgano que existe en el cuerpo de la mujer con la única función de dar placer. Algo que de estar en el cuerpo del hombre, desde luego, sería algo así como un ser mitológico. Sin embargo, la historia ha dado poco protagonismo al clítoris, tan poco que llegó a desaparecer de los libros. Ahora la realidad no es del todo idílica, porque lo cierto es que si se pregunta en la calle cómo es este órgano, pocas personas sabrían describirlo a ciencia cierta.

Por eso han surgido nuevas herramientas para la educación sexual, como son los clítoris en 3D. Una estructura que permite mostrar cómo es de verdad, para aquellos que aún no lo sepan. Que tristemente son la mayoría.

Es por ello que estos clítoris en 3D no se usan tanto en aulas de instituto como en talleres para adultos, que conscientes de su déficit en educación sexual, piensan que nunca es tarde para aprender si la dicha es buena.

«Antes los enseñábamos con imágenes, dibujos y con algunos estimuladores de pene, que tienen la forma de la vulva y que incluyen también la zona del glande del clítoris», explica Lara Castro, sexóloga y directora de Placer ConSentido. Sin embargo, estos recursos no siempre ayudaban a hacerse una idea del tamaño y la morfología real, por lo que había sexólogas que en sus talleres incluso llegaban a utilizar clítoris realizados a mano, hechos con ganchillo o con tejidos similares, en un intento de hacer más visual las posibles formas de estimulación.

Actualmente, la impresión en 3D ha supuesto todo un empuje a estos talleres de educación sexual para adultos. «Claramente está ayudando a hacer llegar a la población una imagen más precisa de nuestros órganos sexuales y a normalizar ciertas zonas que todavía están cargadas de mitos, tabúes y emociones como la culpa, el miedo y la vergüenza», insiste Castro.

Existen diversas páginas webs en las que descargarse plantillas para obtener un clítoris en impresión 3D. Una de ellas pertenece al modelo creado por Mélissa Richard en marzo de 2016, con el software Blender. Así, se puede realizar una maqueta monocromo o bicolor que se fabrica en ácido poliláctico, un polímero biodegradable que después de la impresión es similar a un plástico rígido.

Se trata de un clítoris a tamaño real, incluyendo los cuerpos cavernosos que constituyen el clítoris en sí y el cuerpo esponjoso que lo acompaña. Es decir, que no solo representa el glande, que es ese «garbancito» que puede verse en la vulva, sino el órgano completo, incluyendo la zona interna que no se ve, pero que también está vinculada al placer.

El clítoris en 3D tiene una altura de 7cm y una anchura, contando el largo que hay entre sus dos raíces, de 10cm. Hay que tener en cuenta, que al igual que el pene, no todos los clítoris son iguales  y que este modelo no solo tiene un tamaño medio, sino una forma más bien estilizada, entendiendo que la diversidad del cuerpo femenino es mucho más amplia.

«También hay asociaciones y tiendas que lo venden ya fabricado. Es un recurso interesante y muy potente. Sorprende mucho a los chicos y a las chicas, ya que nunca se han enfrentado cara a cara a una maqueta de este estilo», aporta la sexóloga y pedagoga Soraya Calvo.

 

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