Recuerdo que cuando era pequeña me hizo mucha gracia un chiste sobre un pene que se quejaba del maltrato que recibía. Le metían en una cueva oscura y resbaladiza, se ponían todo el rato a marearle dentro fuera, se mareaba y se ponía morado, vomitaba, y encima al poco rato le hacían repetir la experiencia. Todos los chicos asentían con […]